martes, 12 de junio de 2012

QUIEN ESTUVO ALLÍ




Con su habitual estilo seco, cortante, preciso en los detalles, Ernest Hemingway (Oak Park, Illinois, 1899 – Ketchum, Idaho, 1961), nos presenta, de la mano de Elba Editorial, los artículos que escribió para el Toronto Star en París. Con una ironía punzante, con un sentido de la observancia que fascina, despliega toda la lírica de París mezclando los paisajes, los cafés bulliciosos, los desalientos y el beneficio del cambio de divisas, y todo con una rotundidad absoluta. Más que una colección de artículos, estamos ante un diario, ante la crónica ácida y mordaz de un escritor que supo captar la esencia misma del periodismo como un genero más de la literatura.



Desde el París cruel y despectivo hasta los adorables paseos, todo tiene cabida en este texto de un joven Hemingway contundente, hábil y perceptivo con todo cuanto le rodea, porque todo alrededor es la vida, que él describe como golpes certeros, como la ráfaga de una ametralladora que va directo al centro de la literatura.
Hemingway está despojado de artificios, de adornos inútiles para el fin mismo de sus textos, su voz es su propia vida, verdadera, liberada de la irrealidad de presentarse con imposturas. Ya desde su juventud muestra esa habilidad narrativa que lo caracteriza, su prosa tirante, depurada, libre y penetrante como lo es la realidad.
Todo un acierto de Elba Editorial la edición de este libro bello, cuidado en sus detalles, que nos muestra el genio, la inabarcable virtud literaria de Ernest Hemingway con la deslumbrante fuerza de sus palabras, de su visión del mundo, de esa mirada concluyente que retrata con la misma agudeza el territorio del alma humana y la señora de sombrero estrambótico de la mesa de al lado. 

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